Precisamente cuando hemos terminado de escribir un libro y nos planteamos la posibilidad de presentarlo a un editor o editorial, o incluso queremos editarlo por nosotros mismos (recuerda que Imprimir mi libro te ayuda a cumplir tu sueño a la hora de imprimir libros fácilmente), nos encontramos ante un elemento importantísimo: el manuscrito.
Es un elemento importante porque, casi podríamos decir, que es el documento intermedio entre la obra una vez terminada y la propia obra ya maquetada, editada e impresa.
Como su propio nombre indica, es un documento que contiene información escrita a mano. Aunque en la actualidad este nombre se ha trasladado a todo documento, con forma de obra (o libro), que ha sido elaborada por ordenador y luego se imprime.
¿Qué es un manuscrito?
Como te indicábamos brevemente en las líneas anteriores, un manuscrito antaño era considerado como un documento que contenía información escrita a mano, sobre un soporte flexible y fácilmente manejable (por ejemplo, en papel).
Pero como es evidente, gracias a los avances en la informática, en la actualidad podríamos trasladar esta denominación a aquel documento escrito a través del ordenador y luego impreso.
Lo cierto es que aunque esta denominación se utiliza para cualquier documento, muchos escritores coinciden en señalar que tiende a ser más habitual que se utilice este nombre para una obra o libro que aún no ha sido publicado y que debe pasar por un proceso de revisión antes de su envío al editor o directamente a imprenta.
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Imagen | sidewalk flying
